Creo que la meta consciente o inconsciente de todos nosotros es "ser feliz". Cada uno busca sus medios, más cercanos o erróneos, más materialistas o espirituales, más egoístas o altruistas, más propios o comunes... ¿Pero que es la felicidad? Sabes cuando estás triste o alegre, saciado o vacío, contento o disconforme, pero ¿alguna vez has dicho o pensado "ya soy feliz"? ¿O "soy más feliz que antes"? ¿"puedo se más feliz"? Parece ser una pregunta en cierto modo antinatural.
Porque el estado contrario es de sobra conocido. Todos hemos cedido a la tristeza e incluso a la desesperación. Habremos podido llorar amargamente y desear morir, odiar todo cuanto se ha de amar y vivir por inercia, arrastrándote sin ganas ni consuelo, consumiendo poco a poco las gotas de esperanza que nos quedan. Sabemos llorar, odiar, desear, pedir, añorar... Sabemos con macabra precisión cuanto abarca cada uno de esos sentimientos. ¿Pero
ser feliz? ¿Qué es eso? ¿Acaso existe?
La felicidad es una utopía, un estado ideal del alma. Una quimera, una entelequia, una especulación cabalística, el espejismo del sediento en el desierto. La fascinación de la idea de un sentido a la vida. Una fábula de crédulos, un mito de cuento de hadas. Una ensoñación de corazones aún no desengañados. Una
ficción fantástica y frágil, tejida con hilos que cederán por su propio peso. La leyenda a la que nos aferramos ante el horror de la vida vacía y condenada a morir sin haber merecido vivir. Un credo para un acto de fe sin razón que la apoye, un abanico que intenta imitar una brisa. Un Grial para un sir Lancelot que ha huido del mundo gris que nos ha tocado en suerte.
¿La felicidad, o lo más cercano a ella, puede ser la simple falta de dolor? O por el contrario el dolor le da ese valor tan especial, ese premio ante los infortunios, esa justificación ante la
muerte inevitable. ¿Está escondida en una vida sin problemas? ¿O es la fuerza que nos anima ante la adversidad? ¿Es pasar desapercibido ante la mirada de Deimos, hijo de Ares? ¿O es tener una vida llena de logros íntimos y personales y poder llegar pleno, cuando nuestro destino dicte, ante Caronte? ¿La felicidad es una vida sin problemas o hay que vencer a Cerbero para obtenerla?
Supongo que intentar radiografiar lo que parece el auténtico sentido de la vida es algo inútil, puesto que cada cual la sentirá de algún modo distinto y llegará a ella por su camino. La felicidad puede ser una sucesión de detalles pequeños o un hecho aislado brillante como un sol. Puede ser la alegría de apreciar una vida sencilla o la que se obtiene al crecer y vencer a las adversidades. Pueden ser mil cosas, que se den a la vez o tan solo una en la vida, pero parece que todas ellas nacen dentro de nosotros. Nada que se pueda comprar ni que te puedan dar parece que pueda causar que nazca en ti la felicidad. Es algo propio, que nace dentro de ti y se siente individualmente. Se puede compartir como una fuente "comparte" su agua, pero sigue siendo suya. Nace del respeto por uno mismo, y muere con el.
Me acuerdo de un ejemplo concreto, una persona que decía sentirse deprimida. No tenía adversidades que la pusiesen a prueba, pero tampoco alguna aspiración...
algo en su espíritu. Esa persona supongo que lo sabría, pero pensaba que todo se arreglaría si encontraba una pareja, alguien que la amase tal como es. Sin duda, pero por mucho que alguien te aporte la felicidad nace dentro, vive dentro y muere cuando lo de dentro lo hace, y si tu corazón está vacío alguien externo a ti no lo puede llenar. Una planta marchita no solo necesita del sol para volver a florecer. Si la tierra en la que hunde sus raíces está seca ninguna luz la revivirá.
Ser feliz... yo creo que la felicidad, de un modo casi exacto a la idea que todos tenemos, existe. Pero como todo lo que tenga que ver con la personalidad humana tiene facetas contradictorias. La felicidad requiere alegría, pero también
compromiso y lucha con alguna causa. Sin esfuerzo, sin aspiraciones espirituales, si me permiten el adjetivo, no se puede tener, aunque parezca paradójico. La felicidad surge de la lucha, del esfuerzo y de la ilusión por una meta. Sin luchar por crecer, por dar de nosotros, no obtendremos la felicidad. Como la fuente de antes, si no da agua no es una fuente.
Recuerda que la felicidad nace de la exigencia y el respeto propio, y el amor por los demás, y que es producto de ti y tu conciencia. Y que del mismo modo que la felicidad no es tangible parece ser que nada igualmente
tangible pueda ser de ayuda.
Memento Mori VMemento Mori IVMemento Mori IIIMemento Mori IIMemento Mori I-(_ArkangeL_)-Las dos primeras fotografías cortesía de
El Mundo Avatar.Dedicado a quien sepa encontrar la recompensa dentro del esfuerzo.