“Las cosas tienen el valor que tu le quieras dar”, me dijeron una vez, y luego, mucho más tarde yo lo repetí... Pero ahora, después de meditarlo creo que en la vida hay un pequeño número de cosas que tienen valor por si mismas, que son bellas más allá de cualquier opinión, “universalmente apreciadas”. Un sentimiento expresado en un verso, la fuerza atractiva de la Luna llena, que en esas noches de verano al mirar a ella sientes como te atrae, como si fuese un vórtice que atrapa tu alma, la paz en el espíritu propio....


En una escena de esta película se lee en alto una anotación sobre “como medir la belleza de la poesía”:

“¿Qué es la poesía?

(...) Lea en voz alta el excelente ensayo del Dr. Pritchard sobre “Entender la poesía”.

Para entender la poesía antes hemos de familiarizarnos con su métrica, rima y figuras retóricas, y luego hacernos las preguntas: Una: ¿Con cuanto talento se ha conseguido el objetivo del poema? Y Dos: ¿Qué importancia tiene dicho objetivo? La pregunta uno mide la perfección del Poema, la pregunta dos su importancia.

Y una vez que estas preguntas han sido contestadas determinar la grandeza de un poema resulta una tarea fácil: Si la medida de perfección de un poema se coloca en la horizontal de una gráfica y su importancia se marca en la vertical entonces calculando el área total de un poema obtendremos la medida de su grandeza. Un soneto de Byron puede puntuar mucho en la vertical, pero solo lo normal en la horizontal. Un soneto de Shakespeare, por otra parte medirá mucho horizontal y verticalmente. Dando un área masiva total que nos revelará que el poema es verdaderamente grande.

Al ir viendo los poemas de este libro practiquen este método de medición. Al aumentar su habilidad para evaluar los poemas de esta manera aumentará también su disfrute y comprensión de la poesía.”



¿Alguien es capaz de pensar que midiendo cada detalle de la vida se va a ser más feliz? ¿Que midiendo “cuanto doy de mi y cuanto espero recibir” se puede ser alguien de corazón pleno? Pequeño amigo: la belleza existe por si misma, y se siente, no se mide... pero ciertamente... más se siente cuanto más grande es el corazón. Los sentimientos son facultades del alma, son reacciones al estímulo del espíritu de lo que te rodea.

Te gusta medir la amistad, una de esas cosas que llevan su razón en si mismas, que no requiere mayor explicación. La amistad mora en el corazón, y cuanto más alto es el espíritu de la persona más grande es la amistad. Pero tu la has reducido a dar y recibir... Me compadezco de ti y de tu pequeño corazón. Todo en esta vida ocurre porque así ha de ser, porque Dios así lo quiere y porque tiene una causa definida, y no es razonable vivir con una balanza en la mano midiendo cuanto das, porque te sorprenderías de cuanto has recibido.


Si la vida es un intercambio de “activos”... ¿qué harás el día que estos se agoten? ¿Como proseguirás? Lejos de mi decirte como vivir, siento mucho haber sido una de tus inversiones. Solo decirte que si en verdad crees eso, advertirte de que nunca has dado nada... Y de que no eres un Cesar, capaz de dispensar una suerte de “clemencia imperial”, que tu porte altivo ante la vida se sustenta en pies de barro que todo el mundo puede ver.

Triste es medir, escuadra y cartabón en mano, cosas que se pueden considerar equivalentes a la belleza de un amanecer. Lástima de las personas que no pueden apreciar aquello que está más allá de su propia nariz y su autocomplaciencia, que bello es el Universo, y que tristeza ver quien no es capaz de saborearlo....


-(_Arkangel_)-

Dedicado a los amigos de verdad, que tienen siempre un corazón grande e inmaculado.