Estoy sentado frente a mi ordenador mirando la pantalla blanca del pc, con el cursor parpadeante sobre un espacio completamente vacío. Jugueteo con los botones del OpenOffice pensando en como comenzar con buen pie a escribir, a plasmar las ideas que he pensado.
Mucha gente me ha preguntado como hacía para escribir “asíduamente”, como llevar un blog escribiendo periódicamente. Contesté que el único secreto es la perseverancia. Escribir es un hábito, y como tal se favorece con la práctica. Escribir mucho y leer más. Leyendo encuentras citas que te inspiran, y pasajes que te dan ideas, o te ayudan a aclarar las que ya tienes. Aprendes nuevas expresiones y amplias tu capacidad de expresarte apoyándote tan solo en las letras.
Desgraciadamente, entre mis muchos defectos está el de ser inconstante. Por eso vencer la inercia y volver a escribir cuando llevo un tiempo sin hacerlo es difícil. Aunque tenga unas ideas claras y unas ganas tremendas de contaros algo me siento mudo a la hora de hablar, se me atasca un torrente de palabras en la punta de la lengua, o mejor dicho en la yema de los dedos. Creé este rinconcito virtual para contar las cosas que nadie quería escuchar, para chillar lejos de donde pudiese molestar. Busco a la vez desahogarme sin que nadie se entere y que quien quiera me conozca y me escuche. No me atrevo a decir lo que pienso delante de mucha gente (no por timidez) pero describo mi alma ante quien la quiera ver. Pinceladas enérgicas e inconexas en colores vivos
sin firma pero con nombre propio...Estoy cambiando, quien me ve a diario me lo dice cada poco. Para bien o para mal estoy dejando atrás muchas cosas. Me avergüenzo de la tibieza con la que he vivido estos años y me planto ante mis obligaciones con más entusiasmo que nunca, dispuesto a comerme el mundo y a recuperar el tiempo despilfarrado más que perdido. Pero a su vez estoy viendo como cambia mi percepción de la vida. Algunos me dicen que se me nota mucho el estrés, otros que es un cambio momentáneo, sea como fuere estoy más irritable que nunca. Tal vez porque cuando uno da un gran giro a su vida aborrece lo que era antes.
En este tiempo, desde que me hice con el seudónimo de Arkangel, he conocido posiblemente a más gente de la que había conocido en muchos años antes, de todos los tipos y todas las clases: gente adorable, con un corazón que no les late por que es puro oro macizo (estos son los que menos, pero por ellos todo ha valido la pena ^^ ), personas sin personalidad (valga la redundancia) e influenciables, tan volubles como la plastilina (hasta el punto de asombrarme, después de creer que había visto de todo), personas que se han destapado como cobardes traidores, cizañeros ególatras con una visión mayestática y equivocada de si mismos, y lo que es peor, de las cosas más importantes de la vida (“Porque la amistad, Lisardo, es eso, dar y recibir”, connotaciones “freudianas” aparte), personas que paradójicamente se vanagloriaban (pavoneaban) “de ser muy maduros” con 26 años (jamás entenderé a que vino que dijese eso y jamás he vuelto a encontrarme con alguien que lo vuelva a decir) y luego tenían detalles curiosos y graciosos de tener “nicks” del tipo “pepemusculos@elcorreocutrequetodosteneis.com" o comprar el coche más caro de su gama sin poder pagarlo (para qué está papá en estos casos :P ¿verdad? ;-) ) Le dedico este espacio porque es una de las personas que más me ha tocado la moral en mi vida, pero también de la que más me he reído, por su infantil mala fe (afortunadamente
hace daño quien puede, no quien quiere) y por su inigualable torpeza e ignorancia. Aún recuerdo como no tuviste los réditos de mirarme a la cara la última vez q hablamos, a mi me queda el recuerdo de haberte despedido con un “cuídate y que todo te vaya bien” y de... no voy a hablar de su “despedida” ;) Personas inteligentes (tan pocas como las buenas), reflexivas, alegres, introvertidas...
También me he encontrado con gente verdaderamente tibia, que parece que ni siente ni padece, que no sabes si lleva sangre en las venas, que si no pasa una cosa es otra y vuelta a empezar. Dicen que los amigos se demuestran cuando están a tu lado en los malos momentos, pero yo también los quiero tener cerca en los buenos, compartir con ellos mi alegría y mis buenos momentos... Tengo miedo que quien no sea se de por aludido,
chi lo sa, las confesiones las carga el diablo. No hablo de nadie que esté cerca de mi :)
Pero de lo que más he conocido es gente vacía. De buenos sentimientos pero vacía, como he escrito en otro momento. Despilfarran su vida en nimiedades vacías y se quejan amarguísimamente de que la vida es muy dura para ellos, cuando han tenido la mejor de las suertes.
Leyendo un libro que me ha encantado he encontrado una cita de Aristóteles, en la cual decía como el mayor don de los hombres es la capacidad de pensar, un regalo divino, algo por lo que estemos orgullosos, que nos permite ser distintos, crearnos un “Ego” (en el sentido de un “yo”) propio, darnos cuenta de nuestra existencia, de lo preciosa y valiosa que es, alimentar nuestra sabiduría personal, intentar conciliar los extremos, salirse de los tópicos, buscar una alternativa a... bueno, a esta sociedad tan consumista, vacía de ética y cuya palabra favorita es
compra compra compra, el salmo del siglo XXI y darte cuenta de lo insípida que es la vida “ideal” que nos quieren vender, que el dinero no se puede comer y que hay cosas mucho más importantes que no se pueden comprar, que la felicidad no se encuentra en las tiendas de ropa de moda o en el fondo de un vaso de los que se usan para jugar al duro (sight...)
que un libro te puede hacer soñar, que tu pareja te puede hacer volar, que tus amigos reales te pueden llevar en volandas cuando estás hundido, que el sol sale y se pone compres lo que compres... que la vida pasa, que todos dejaremos este mundo y rendiremos cuentas de nuestro tiempo y de las oportunidades que hemos tenido a Dios, y no se tu que me lees que pensarás, pero yo no temo a la muerte ni al juicio divino,
porque cada día intento hacer crecer a mi espíritu con esas cosas que jamás verás en la televisión pero que sin embargo están ahí.
Y como estoy cambiando, y conmigo mi humor, estas cosas me enervan. Me enervan las respuestas tópico escupidas sin ser pensadas, me enerva quien tiene todo y es tan tonto de dejarlo correr y pedirte consejo y ayuda (sin ninguna vergüenza, por supuesto) para que su vida sea más plena o simplemente para que malgaste muchas horas resolviéndoles un problema trivial que no saben o por desidia no quieren resolver, sabiendo que cuando yo necesite algo o no estarán cerca o por pura ignorancia espiritual no podrán hacer nada. Me enerva quien no puede hilar una simple consecución lógica (si a=b y b=c en ese caso a=c, ni con calzador).... Será que me hago viejo ;)
Puede que alguno tenga razón y el estrés me traiga de cabeza, el caso es que cada día veo a más personas así: consumistas, vacías, planas, llenas de tópicos,
comportándose como niños sin serlo, queriendo estar en la cuna para siempre, una vida de ovejas sumisas, cuya mayor ambición es no desentonar y hacer las cosas que hace la mayoría,
buscando la felicidad en el único lugar donde nunca está.Me preguntaban que significa “Deus Ex”: en el teatro clásico una grúa hacía aparecer la estatua de un dios en medio de la función, dando así el argumento un giro completamente inesperado (“Deus ex machina”). Alguien ha metido una estatua de algún dios benévolo en mi vida y con ella he cambiado de dirección. Estoy descubriendo las cosas de mayor valor de la vida y me da mucha pena quien ni se esfuerza en buscarlas...
“Dios es conocimiento” ;-) Arkangel dixit.
La incertidumbre de quien ve en el horizonte su destino pero no sabe como llegar...-(_ArkangeL_)-Dedicado a quien me vea loco e inaguantable, y otra vez a quien se haya sentido "ofendido". Tal vez yo no sea el único que ha de cambiar :)