Quiero cuidarte,
quiero velar tus sueños,
quiero sonreirte sin que te des cuenta,
quiero acunarte,
quiero susurrarte al oído para inspirar tus sueños,
quiero despertarte con un beso,
quiero que el universo se termine en las cuatro esquinas de nuestra cama,
quiero ser la luz que derrita tus pesadillas,
quiero que tu corazón me cante una nana,
quiero tantas cosas...
...sobre todo no echarte de menos.



-(_ArkangeL_)-

Felices sueños...

A veces me ha ocurrido que mientras que mis dedos deslizaban las últimas páginas de un libro mi corazón se encogía poco a poco hasta llegar a la última frase, aquella que marcaba el fin. En ese momento me llenaba de tristeza, era como perder a un buen amigo. Un amigo hace poco conocido, pero que sin pedirme nada a cambio cuando he querido me ha descubierto sus secretos, llevado a su universo de fantasía descrito por sus letras, presentado a muchas personas que viven en sus páginas y narrado hechos reales o imaginarios, recuerdos o sueños, quizá contemporáneos, quizá ocurridos hace siglos que yo nunca podría vivir. Llegado a ese fin es como tener que despedir a ese amigo, que manso y agradecido por permitirme conocerle vuelve a su lugar en la estantería, esperando a que me acuerde de el, paciente y fiel por muchos años que pasen. Si le regalo no se siente traicionado puesto que sabe que siempre me acordaré de el y le entrego a alguien que le va a cuidar como yo, alguien a quien contar su historia como si fuese a mi, y me permite escribir en su primera página, justo la opuesta a esa que me duele llegar un mensaje a la persona a quien le confío. Una presentación de lo que dentro le espera, para que siempre que confíe en este libro para viajar con su mente se acuerde de mi, le regalo a mi amigo de papel con un poquito de mi alma.

Dicen que quien tiene un amigo tiene un tesoro. Creo que un libro regalado es un pequeño cofre en el que se guarda una parte de ese tesoro. Hay libros que moldean tu alma, o marcan un tiempo de tu vida. Los hay que hacen evolucionar tu manera de pensar o de entender la vida, y quizás por eso entregar ese libro es regalar poder sobre ti, es abrir una ventanita que apunta hacia tu alma, una fotografía congelada en el tiempo de tu mente. Regalarle a alguien aquello que te ha estremecido, que te ha hecho llorar en noches de soledad o alegrarte en días sombríos es regalar tu personalidad, es, quizá, darte a ti mismo como un presente. Y volver a abrir a ese amigo sabio de papel, y que te salude con una nota manuscrita por alguien que quieres (o querías) es siempre un viaje atrás en la memoria de días ya enterrados, en los que esa persona con ese pequeño acto influyó en ti para siempre.

Quizás por eso hoy me ha dolido el alma al mutilar a uno de mis pequeños cofres impresos. Esa primera página de cálida bienvenida escrita con tinta azul hace mucho que se convirtió en un pesado sello, una losa que cerraba parte de mí y de mi pasado. Pero me he decidido a hacerlo para recuperar esas noches leyendo fascinado en las que soñaba tranquilo con un bonito mundo que se aparecería ante mí al amanecer.

Era de lo poco que me quedaba de ti. Hoy leo el retrato de Dorian Gray mientras que tu página firmada jurándome amor descansa en la basura, con otras muchas cosas que ahí se fueron en estos años, tanto tangibles como no. Mi pequeño libro seguro que me perdonará por el placer de volver a contarme su historia, esta vez ya libre de ti. Porque me he dado cuenta de que esa página del libro era lo último que quedaba de ti en mi vida.

Espero que tu vida te haya ido mejor desde que nuestros caminos se bifurcaron. Tu recuerdo ya descansa en paz en el limbo de los sueños de un niño que ahora es un hombre melancólico, pero que cuando se siente con fuerzas sabe que el mundo sigue apareciendo para el con cada amanecer.



-(_ArkangeL_)-

Un hombre puede ser feliz con cualquier mujer mientras que no la ame (Oscar Wilde).

-(_ArkangeL_)-

Quiero volar... y no volver...

Me imagino a Dios sentado en una mesa. En una de esas grandes, de arquitecto. Tiene a mano un estuche con algo parecido a lapices de colores, pero en lugar de rojos, verdes y azules tiene emociones, virtudes y vicios del alma humana. Con ellos nos dibuja a cada uno, con preeminencia de una u otra cualidad según los lápices de colores que use.

Llega el momento de dibujarme a mi. manos a la obra: mucha esperanza, toques de pasión, muchas líneas de egoísmo... Se suceden las formas de colores sobre el papel: alegría, fidelidad, pereza, irascibilidad... Un garabato indica que seré propenso a soñar despierto. Otro, en la esquina contraria, que no seré constante a la hora de realizar mis metas. Unos trazos que se alejan y difuminan hablan de esa timidez que el tiempo y la vida hará remitir. Una gota de melancolía y otra casi igual de añoranza rematando un bosquejo de sensación de soledad. Un gran borrón de soberbia no lejos de la firma de la apatía...

Pero de repente Dios se dio cuenta de que le faltaba un lápiz: el rencor. Tal vez se le había gastado de tantos espíritus orgullosos y vengativos que pasaron por su mesa. El caso es que ese alma, con muchos más defectos que virtudes no iba a poder sentir rencor. Probó con el lápiz de la desilusión sobre el dibujo de la ira y el lápiz de la ira sobre el dolor, y gastó el del dolor intentando tapar a la alegría y a la felicidad. Pero el resultado no fue el mismo, la mezcla de colores en muy pocos lugares se parecía al rencor y lo que había quedado era, nunca mejor dicho, un alma desdibujada. Y quizá pensando en convertir esa carencia en virtud puso ese alma sin un color en el mundo.

Por si te lo estas preguntando: si. Mientras escribo esto estoy completamente sobrio. Tumbado en mi cama mirando a donde se supone que esta mi techo velado por la oscuridad de la noche, escribiendo mis errantes pensamientos en una brillante pantallita táctil. Pero mientras el insomnio hace conmigo vigilia me he acordado de esa persona que hace poco me despidió, espero que no para siempre, por la necesidad de hacer una nueva vida en la que yo solo sea un bonito recuerdo, una sonrisa ante una canción concreta y un sueño que ha quedado atrás. Hace no mucho que estuve con ella, estaba muy cambiada, en algunos aspectos quizá demasiado, pero por primera vez parecía feliz. Pasamos horas maravillosas conversando y confesándonos, hablando hasta no poder más.

Me ha pedido que me aleje. Puede que sea un estorbo, puede que crea que me va a hacer daño o incluso que me vea como un recuerdo demasiado cercano e incómodo. Sea como fuere me gustaría seguir conservando su amistad. Pero lo primordial es que ella sea feliz.

Y no siento rencor por los meses de lágrimas. No siento rencor por los sueños rotos ni por los desplantes. No siento rencor por no ser yo el elegido, por el amor perdido o las noches de llantos. No siento rencor por una imprevista despedida...

Solo siento deseo de que encuentre la felicidad. Esa misma felicidad que me desesperé por proveerle cuando estaba conmigo y para mi se fue cuando me dejó. Aquí, en una mas de mis interminables noches en vela solo deseo saber que, por fin, ella es feliz.

Y mi último deseo es que tenga presente que aquí me tiene, que puede contar conmigo cuando me necesite y que mi amistad es irrenunciable. Y que desde las brumas de la distancia velaré por su felicidad.



-(_ArkangeL_)-

Y extrañamente mi corazón sufre pero me anima a sonreír...

Un, dos, tres...

Son los tres segundos que separan el sueño de la realidad, los tres segundos que necesito para reconocer que estoy despierto tras un abrupto fin del sueño, para darme cuenta de que todo era una pesadilla, una amarga pesadilla que puede ser muy real.

Dentro de unos meses, concretamente el próximo (aunque parezca muy lejano aún) mes de enero hará diez años que la conozco. Para mi eso es más de la mitad de la vida de la cual conservo recuerdos. Han pasado en estos años muchas cosas, han pasado otras personas, hace muchos años o hace pocos meses, pero siempre se repite lo siguiente.

Estoy en un universo que reconozco como familiar, pero todo es agitado, las líneas son difusas, parece lo que es, una pesadilla. Pero es tan real porque es la representación de mi sueño: es ella. Es ella demostrándome desprecio por no haber podido conservarla, es ella enseñándome como después de vaciarme por ella rehace su vida sin mi, es ella haciéndome ver que no valgo nada, que amarla por encima de todo y darle todo lo que estaba en mi mano no fue suficiente, es ella volviendo a amarme y despertando en mi cama de repente, solo, viendo como se hace jirones ante mi, viendo la pared en la que siguen colgados sus dibujos, los cajones en los que siguen sus cartas y sus recuerdos, es volver a ver un día más, un día sin ella.

Un día, y otro y otro, la vida sigue. Conmigo o sin mi el sol saldrá cada mañana. Quiera o no el mundo no se para, es mi elección seguir mal que bien o quedarme atrás. Pasarán otros diez años y seguiré sin ella, y seguiré despertándome de un salto en mi cama viendo como su imagen se difumina ante mis ojos recién abiertos pensando con terror que ella me ha olvidado y he de seguir mi camino sin ella. Y seguiré llamándola en voz alta durante los tres segundos que tardo en entender que me he despertado. Y pasarán veinte más, y tendré la certeza de que mi miedo se ha vuelto real, viviré en una pesadilla de la que solo me libraré cuando en mis sueños me zambulla entre sus brazos para regresar peor cuando vuelva a despertar.

Cierro los ojos y respiro hondo, mi corazón deja de galopar, vuelvo a recuperar la razón, escucho la voz tranquila de lo que queda de mi conciencia repitiéndome lo que ya se, que no estaba en mi mano hacer más por ella, que la quise y se lo demostré hasta el último día, hasta que ella pudo conmigo y me destrozó, hasta que me dijo que no me amaba y hasta que dejó de hablarme. Las horas pasan, más o menos llenas o vacías, y llega la noche.

Y entre mis sábanas me esperan mis recuerdos...

Buenas noches.



-(_ArkangeL_)-

No nos llamemos a engaños, mi verdadero sueño es por fín olvidarte...

Me dio un beso, se giró y se fue. No volvió la vista atrás. Estaba contenta, se iba a ver a su amor. La vi doblar la esquina con paso resuelto. No pude verle la cara, pero imaginé que sonreía. Lo que si pude ver fueron sus ojos y su expresión cuando se despidió. Parecía feliz. Espero que no fuese feliz de perderme de vista, claro. Quizá sonreía por el día que habíamos pasado juntos. Quizá por los besos que le había robado. Quizá, por no decir con total seguridad, porque iba a ver a la persona que quiere. No me importan los motivos, la vi contenta y eso me gustó. Esperé unos segundos para respirar hondo y prepararme a retomar la vida sin ella -y también por la loca esperanza de que volviese-.

De camino a casa recordé todas las cosas que echaré de menos de ella y sentí como volvía a pesarme el corazón. Pero desde que se fue no he dejado de sonreír. No se cuando la volveré a ver. Tal vez pronto, tal vez nunca. Mi lugar en su vida llegó a su fin, y cuando estamos juntos mis ojos brillan por los recuerdos y los suyos se oscurecen por la culpa.

Ella se iba a ver a su amor, y yo acababa de ver irse al mío.

-(_ArkangeL_)-

♫♪ Y ahí voy yo, a romper las telarañas de tu corazón, verás como se escampa, ¡golfa! ♪♫

Encontrar de la que vuelves a casa un concierto en un local de tu misma calle. Un nuevo beso de un viejo amor. Crear nuevas amistades cuando menos lo esperabas. Hallar al fin respuestas a las dudas que te obsesionaban. Dormirte con la conciencia tranquila de saber que has intentado hacer las cosas bien hasta el final. Poder sonreír pensando "qué estúpido es el corazón"...

Supongo que todos tenemos de esos momentos, perlas que le dan una nota de color brillante a una vida en un momento de monotonía, que hacen disfrutar de su sabor y reencontrarse con la alegría de vivir donde de verdad reside. En las cosas pequeñas.

La vida es muy puta cuando quiere, pero muy bella cuando debe.



-(_ArkangeL_)-

-"¿Qué es lo que quieres?" -"Ya lo sabes, siempre un beso más".

No se no se no se... No se por que lo he hecho.

Será porque aunque mis amigos crean que he pasado página no es así.

Será porque aunque cada mañana me levanto sonriendo cada noche ensayo una mueca.

Será porque no he asumido por qué me alejaste.

Será porque no puedo rehacer mi vida y temo que tu ya me hayas olvidado.

Será porque quiero, y porque se que te querré siempre

He vuelto a entrar en tu blog, en ese que hicimos juntos, ese cuya última entrada la escribimos juntos. Y algo me movió a buscarte en internet, y te encontré.

No quiero escribirte, no quiero saber tu rechazo. Perdóname por ser un cobarde, pero no quiero que me rompas el corazón por tercera vez. Permíteme que te siga amando desde el silencio, como sabes que he hecho siempre.

Te despido desde mi particular 'esquina de las sombras'.


-(_ArkangeL_)-

Lloraré hasta dormirme, soñaré que sueñas conmigo, y que en tus sueños te acurrucas junto a mi...

En mi escritorio hay una carta sin sello ni membrete, solo unas líneas manuscritas, un par de manchitas por un par de lágrimas y una firma garabateada. Dice así:

Hola

¿Como estás? Hace tiempo que no se nada de ti. Te he enviado mensajes que dibujaban una sonrisa con letras para intentar que me dirigieses la palabra, saber si estás bien, qué es de tu vida, si eres feliz, si te puedo ser de ayuda en algo... Esas cosas que siempre quise que tuvieses en cuenta.

Yo sigo como siempre. Mi gato sigue durmiendo en mis rodillas mientras escribo, sigo en la misma casa, escuchando la misma música, con mis vicios y virtudes...

He pensado en comprarte un regalo, una cosita de la que alguna vez hablamos. Cuando la veas imagino que no podrás reprimir una fugaz sonrisa ni evitar pensar durante unos segundos en conversaciones ya caducadas, en un tiempo que para mi si fue mejor. Tal vez luego lo tires, pero solo por imaginarte volviendo a pensar en mi, aunque sea solo durante un breve instante, vale la pena.

Ya que estamos me gustaría decirte que se que a tu modo me quisiste, y que solo hiciste lo que era mejor para ti, y que ojalá ahora seas más feliz que conmigo. Pero no puedo evitar sentirme como si fuese un juguete al que apartaste cuando ya no te gustaba. Me hubiese gustado despedirme con un alegre "¡se feliz! nos veremos pronto", pero no puedo evitar recordarte que los juguetes también lloramos.

Cuidate, nunca te olvidaré...

...amor mío.

-(_ArkangeL_)-

Te sigo viendo embelesado, noche tras noche, día tras día, desde la rendija del arcón en el que me guardaste.

Soy una persona que no sabe olvidar. Puedo no recordar donde dejé los auriculares o las llaves, salir a comprar pan y volver con leche, me es imposible quedarme con los nombres, hace un mes que debería de haber ido al dentista, olvido los días de prácticas y voy cuando no toca.

Pero sí, mantengo que no se olvidar. Y bien digo "sé". Me gustaría saber si tu has aprendido a olvidar en este tiempo. Ahora que hace más o menos dos años de la última vez que te vi me gustaría saber si recuerdas esas noches esperándote con cero grados en tu portal, en una de las cuales te pedí de rodillas que te casases conmigo, en las que no dormía para coger los últimos trenes de la noche y primeros de la mañana para poder despertarte a primera hora, y que lo primero que vieses nada más amanecer fuese a mi.

Me gustaría saber si recuerdas bien, tan bien como yo, la primera vez que me abandonaste, cuando te imploré que me dijeses que me querías y solo me contestabas un estúpido "te aprecio". Me gustaría saber si recuerdas las veces que me dejé la vida por ti, y las que me mentiste y me decepcionaste...

Aún conservo tus recuerdos: tus dibujos, tus cartas, tus fotos y esos regalos que nunca viniste a recoger. Estos objetos llevan tanto conmigo que los echaría de menos si los tirase. No creo que me leas, me has demostrado bastante bien tu indiferencia, es más, lo prefiero, prefiero no saber si me lees o no, porque respondas lo que me respondas si se da el caso solo me harás daño, como es costumbre.

Tal vez te guste saber que sigo siendo un idiota que se sigue enamorando hasta la médula de quien no debe, ese idiota que te dio oportunidades una tras otra hasta que volviste a abandonar, ese idiota que cuando ama perdona y olvida todo, que sigue soñando con los ojos bien abiertos, que apuesta todo a caballo perdedor y que sigue perdiendo.

Un idiota que no tiene más remedio que reconocer que las personas que más ha amado en su vida hace tiempo que le han sustituido. Quizá algún día encuentre el por qué de que no pueda olvidar, quizá sin más llegue un momento en el que no pueda o necesite volver a amar, que asuma que siempre que ama pierde y que no le queda nada más que aportar.

Tan solo quería desahogarme. Este es uno de esos momentos en los que me gustaría subir a una montaña y gritar hasta quedarme ronco, maldecir a mi karma, mi memoria, mi suerte y al mundo.

Decir sin más: me cago en dXos y buenas noches.



-(_ArkangeL_)-

¿Te seguiré recordando así dentro de otros dos años?